Ya sabemos que el viento produce electricidad y es tan obvio como pasar por algunos campos y obsevar gigantescos molinos que giran para trasformar la energía eólica en electricidad.
Aspas de proporciones desmesuradas sobre postes altísimos conforman campos enteros al servicio del hambre inagotable de energía del estilo de vida occidental.
Pero unas brisas mucho más livianas alimentan una versión más asequible de este proceso: la energía minieólica.
Se trata de aprovechar la tecnología de los molinos pero en una escala reducida para "producir electricidad en los puntos de consumo, adaptándose a los recursos renovables y a las necesidades energéticas de cada lugar".
El proyecto (Riojano) consiste en colocar pequeños aerogeneradores verticales que pueden ser enganchados a la red general o suministrar a una instalación aislada.
Como dicen sus creadores, "sirve para viviendas o comunidades de propietarios, para las zonas comunes de una finca, para establecimientos de turismo rural, agroexplotaciones, instalaciones deportivas...".
El panorama energético va hacia "un desarrollo de modelo energético que no va a ser sostenible para abastecer el continuo crecimiento de la demanda mundial",
Lo bueno de este desarrollo es que tiene un potencial de expansión tremendo.
Viento hay en muchísimos sitios, y lugares donde se requiera energía al alcance de todos también. "Instalar el producto en cualquier rincón del mundo donde la energía sea necesaria sera la solucion"....
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