La primera imagen revelada por este telescopio, que aún se encuentra en construcción, ofrece una vista del Universo imposible de obtener con los telescopios que observan luz visible e infrarroja.
Miles de científicos de todo el mundo han competido para estar entre los primeros investigadores que podrán explorar algunos de los más oscuros, fríos y ocultos secretos del cosmos con esta nueva herramienta astronómica, han informado hoy sus responsables.
Entre los objetivos del nuevo observatorio está la formación de planetas extrasolares en los discos de polvo y gas alrededor de las estrellas.
Alrededor de un tercio de las 66 antenas de radio previstas de ALMA - por ahora ubicadas a solo 125 metros de distancia entre sí, aunque su separación máxima puede alcanzar los 16 kilómetros - conforman el creciente conjunto instalado actualmente a 5.000 metros de altura en el llano de Chajnantor, en el norte de Chile.
Las antenas interconectadas funcionan como un solo radiotelescopio gigante, capaz de detectar longitudes de onda mucho más largas que la luz visible. Esto permite a los astrónomos estudiar objetos muy fríos en el espacio, como las densas nubes de polvo cósmico y gas donde se forman estrellas y planetas, así como objetos muy distantes en el Universo primitivo.
Por lo tanto, las imágenes que capta son bastante distintas a las que más habituales del cosmos.
El equipo del observatorio ha estado en los últimos meses probando los sistemas, preparándose para la primera ronda de observaciones científicas conocida como Ciencia Inicial.
Uno de los resultados de estas pruebas es la primera imagen publicada por ALMA, de las galaxias de las Antenas, que se obtuvo usando solo 12 antenas interconectadas.
A medida que el observatorio crezca y se vayan incorporando nuevas antenas, aumentará la precisión, eficiencia y calidad de sus observaciones.
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