Sorprende que una entidad como la Biblioteca Nacional Española exhiba semejante capacidad de adaptación a los nuevos tiempos que vivimos. Estamos acostumbrados al inmovilismo contumaz de las administraciones públicas o de las grandes empresas privadas con fuertes intereses económicos, sin embargo, esta entidad hace honor a la filosofía con que fue creada: La custodia, promoción y difusión de la cultura. Su directora anunció este proyecto en un encuentro informativo en el que se refirió a las actividades que se preparan de cara al tricentenario de esta institución, que van enfocadas a promocionar la cultura y facilitar la difusión de las obras a través de los medios digitales.
La BNE se encuentra inmersa en un fascinante proceso de modernización que trata de ofrecer sus contenidos aprovechando las ventajas de la era de la información.
Entre otros proyectos, encaran la digitalización masiva de los fondos literarios de la Biblioteca para ofrecer un catálogo de millones de libros al público.
La directora se adelanta a su tiempo y planea no solo ofrecer libros sino también música a sus usuarios.
Para ir abriendo boca, la BNE permitirá escuchar mediante streaming todo su catálogo de música clásica y algunos cantautores.
Para el año 2011 quieren publicar listas de flamenco y música popular pero será un poco más adelante cuando los ciudadanos tendrán a su disposición, de manera gratuita, toda la música editada en España.
Eso sí, no podrán descargarse los contenidos al disco duro, sólo escucharlos desde la página de la BNE
Para poder ofrecer todo el repertorio musical español sin incurrir en un delito, la Biblioteca Nacional tendrá que pagar 17.000 euros anuales a la SGAE.
Con ese contrato, se formaliza legalmente la escucha de cualquier melodía que se haya editado en España y todo el que quiera disfrutarla no tendrá mas que pinchar en la Web oficial de la Biblioteca. “Es un puntazo que alguien que nos consulte desde Cabo Verde, Arabia Saudí o Filipinas pueda estar escuchando a Albéniz, Falla, Serrat o Sabina", añadió la directora, quien no oculta que esta iniciativa "es un guiño" a ese público "poco proclive a interesarse por la Biblioteca".
Si funciona, luego se hará lo propio con el cine español. “En mi modesta opinión esta tecnología acabará con las descargas", aseguró. Y seguramente tenga razón.
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