"Muy pocas veces os pedimos encarecidamente que dejéis de usar uno de nuestros productos, pero con Internet Explorer 6 haremos una excepción", publica Microsoft en su cuenta oficial en Twitter.
El mensaje incluye un enlace a una página titulada: "La cuenta atrás de Internet Explorer 6. Haciendo un mundo sin él".
En esta web se destaca que quieren que menos del 1% de los internautas usen su programa. "Ahorremos horas de trabajo a los desarrolladores", argumentan. Al mismo tiempo, piden a los usuarios que se impliquen en la desaparición ya sea con anuncios o pegatinas en sus páginas web, enseñando a los amigos a instalarse una versión superior o haciendo campaña en redes sociales.
En la misma se pueden consultar las estadísticas de uso casi 10 años después de su lanzamiento. Según datos de la compañía que creó Bill Gates todavía el 12% de los ordenadores lo tienen instalado.
Por países llaman la atención varios:
China con un 34,5% (quizá por eso sea tan alto el porcentaje final),
India, 12%,
Japón 10,3%.
En Norteamérica es una cuota sensiblemente inferior: 3,2 % en Canadá y 2,9% en Estados Unidos.
Aún así son cifras que no gustan a Microsoft, enfrascada en el lanzamiento de Internet Explorer 9. Con esta nueva edición quieren reconquistar un sector en el que todavía cuenta con un 50% de internautas usando alguna de sus versiones. La versión de prueba de este explorador se puede descargar.
Entre las promesas se encuentra una mejor aceleración por hardware, gestión de los recursos y agilidad en la carga de páginas, además de la deseada adaptación de los estándares web, entre los que incluye el código HTML 5.
Ryan Gavin, responsable mundial de Internet Explorer 9, explicaba a este periódico que su finalidad es tener una mejor experiencia de navegación con redes sociales integradas y la promesa de cargarvídeos en alta definición con ligereza.
Las razones por las que este programa todavía mantiene tanta implantación tienen que ver con el entorno corporativo donde los cambios son lentos y no dependen del usuario final. Microsoft no solo insiste en que un programa con una década a sus espaldas no se adapta a las necesidades actuales, sino que también alerta sobre los posibles problemas de seguridad que podría causar su uso.
Internet Explorer 6 tuvo rápida acogida. El programa venía por cargado defecto en Windows XP y llegó a alcanzar un 95% de cuota en 2002 y 2003. Sin embargo, la críticas se centraron en su lentitud, problema para cargar las páginas siguiendo los estándares y fallos de seguridad.
Al mismo tiempo se comenzó a popularizar una nueva alternativa Mozilla Firefox, el programa de una fundación, cuyas novedades principales eran las pestañas y los complementos (plug-ins) que permitían ejecutar pequeños programas para facilitar las funciones más comunes de cada usuario.
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