La ciudad de Montijo cuenta con unos 16.000 habitantes y se encuentra a medio camino entre Mérida y Badajoz.
Lo que hace noticia a este pueblo ha sido que ya estan artos de padecer sus comerciantes la asfixiante voracidad recaudatoria de la SGAE.
Hace poco, las peluquerías catalanas reaccionaron colocando carteles de prohibido el paso a los inspectores de la entidad.
Ahora son los empresarios montijanos los que han terminado por explotar ante las constantes amenazas de los recaudadores y han decidido levantarse contra esta interminable oleada de cobros por parte de la organización.
La Asociación de Empresarios de Montijo y Comarca (Ademyc), con más de 250 socios, ha diseñado unas medidas para rechazar de plano las intenciones recaudatorias de la SGAE y las plasma en 6 puntos que proponen como hoja de ruta para acabar con los desmanes de la odiada entidad.
Son estos:
1) Nunca firmes un contrato con ellos (por mucho que te presionen, no estás obligado a realizarlo).
2) Envía carta burofax a la SGAE renunciando a la reproducción del repertorio SGAE y solicitando copia de la lista de socios de la entidad.
3) Coloca carteles visibles en tu local donde quede claro que renuncias a la reproducción del repertorio de la SGAE. Si tienes televisor, anuncia bajo el mismo que solo lo utilizas para visualizar noticiarios, fútbol y toros.
4) Si recibes la visita de un inspector de la SGAE, expúlsalo de tu local. Tienes derecho de admisión y ellos no representan ninguna autoridad. Si no quiere marcharse, avisa a la policía.
5) Utiliza música libre para ambientar tu local. En Internet podrás encontrar más de 150 millones de títulos.
6) Si después de seguir todos estos consejos la SGAE se empeña en querer cobrarte, no te preocupes, La asociación defenderá tus intereses hasta donde haga falta.
La prepotencia de la SGAE parece no tener límites, puesto que no acceden a los requerimientos legítimos de los comerciantes de Montijo que han exigido a la entidad que aporte una lista con todo el repertorio sujeto a derechos, para que ellos puedan tenerlo en cuenta a la hora de poner música en sus locales como ambientación.
La prepotencia de la SGAE parece no tener límites, puesto que no acceden a los requerimientos legítimos de los comerciantes de Montijo que han exigido a la entidad que aporte una lista con todo el repertorio sujeto a derechos, para que ellos puedan tenerlo en cuenta a la hora de poner música en sus locales como ambientación.
El facilitar esa lista es obligatorio pero la entidad se niega sin ninguna base legal. También recalcan la ilegalidad que cometen los inspectores cuando realizan grabaciones sin permiso en sus locales.
El caso es que Montijo se ha convertido en un referente de la lucha contra la presión desmedida de la SGAE.
Otros grupos de empresarios se han interesado por esta iniciativa y llaman a los representantes de Ademyc para asesorarse y emprender acciones similares.
El levantamiento popular comienza en la figura emblemática de los montijanos.
No hay que extrañarse cuando veamos al resto de ciudades enarbolar la bandera de la rebeldía contra estas prácticas insufribles de la SGAE.
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