El mundo de los servidores DNS públicos estaba relativamente tranquilo, con OpenDNS y otras alternativas flotando en la red, hasta que Google decidió entrar en el juego lanzando a sus propios servidores.
El rendimiento de los DNS de Google aún deja bastante que desear, pero todos sabemos que es cuestión de tiempo hasta que realicen los ajustes necesarios.
Ahora, se ha presentado una situación de leve confusión para los usuarios.
¿Qué DNS conviene utilizar?
O en caso contrario, ¿es necesario cambiar de DNS?
La única manera de saberlo es probándolos a todos, o al menos, a los más importantes.
Configurar cada DNS de forma manual puede convertirse en una tarea tediosa, especialmente cuando se necesitan varios minutos de navegación entre cambio y cambio para comprobar si hay un beneficio tangible frente a una nueva configuración.
Apenas un clic sobre cada botón te pondrá en camino de probar un DNS diferente
Apenas un clic sobre cada botón te pondrá en camino de probar un DNS diferente
DNS Jumper no es una herramienta demasiado elaborada, pero cumple con su objetivo de forma muy sencilla: Reducir a un simple clic el cambio de DNS.
En la lista se pueden encontrar los ejemplos de servidores DNS más importantes, como son OpenDNS, Google, Comodo, Level 3 y Ultra DNS.
Con sólo un clic podrás ver en las propiedades de conexión de red que los DNS han cambiado, y lo que resta es comprobar qué tan bien responde la conexión a la resolución de nombres.
El rendimiento dependerá exclusivamente de la ubicación de cada usuario, del tipo de conexión que se posea, y también de la configuración del ordenador.
En algunos casos es probable que ciertos DNS tengan un impacto negativo en el rendimiento, pero DNS Jumper te permitirá probarlos a todos en cuestión de minutos.
Puedes utilizar al comando ping como referencia, o también recurrir a la utilidad llamada namebench para determinar qué DNS es el más rápido en tu caso.
Cada vez que hagas clic en un botón, accede a las propiedades de la conexión y verás como cambian los DNS
DNS Jumper ocupa poco más de 3 MB, y no requiere de instalación, por lo que es ideal para llevarlo en un pendrive.
El caso ideal sería no tener que cambiar de DNS, pero por más grande que sea el esfuerzo de los proveedores al entregar DNS estables y rápidos, siempre puede aparecer un problema.
Cambiar un DNS implica dos cosas:
Ingresar los valores manualmente, y recordarlos, algo que no siempre es fácil.
DNS Jumper soluciona ambos problemas, sin ningún efecto negativo que hayamos podido detectar.
Una vez que hayas escogido a un DNS, es muy poco probable que sea necesario conservar a esta aplicación, pero antes de eso, DNS Jumper te ayudará a determinar cuáles DNS valen la pena para ti, y cuáles no.
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